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David J. Galbreath, University of Bath
Los ministros de Defensa europeos abandonaron su reunión en Bruselas el 12 de febrero conmocionados después de que el nuevo secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, les dijera que ya no podían confiar en que EE. UU. garantizara su seguridad.
Hegseth dijo que estaba allí “para expresar de manera directa e inequívoca que las crudas realidades estratégicas impiden que Estados Unidos se centre principalmente en la seguridad de Europa”.
También insistió en que los países europeos proporcionen la “abrumadora” cuota de financiación para Ucrania en el futuro. Estados Unidos ha sido la mayor fuente de ayuda militar a Ucrania, con sus armas, equipos y asistencia financiera cruciales para ayudar a Kiev a resistir la invasión rusa.
Los comentarios de Hegseth están en consonancia con la postura del presidente, Donald Trump, sobre la alianza militar transatlántica. Trump considera que la OTAN supone una carga financiera excesiva para EE. UU. y ha pedido en repetidas ocasiones a sus miembros que aumenten su gasto en defensa.
Pero las declaraciones de Hegseth también podrían interpretarse como una señal de la disminución del compromiso de Estados Unidos con los términos del tratado fundacional de la OTAN. Firmado en 1949 por EE. UU., Canadá y varias naciones de Europa occidental, el artículo 5 del tratado exige a los estados miembros que se defiendan mutuamente en caso de un ataque armado.
Estados Unidos tiene el ejército más grande, y el mayor arsenal de armas nucleares, de la OTAN. Así que, a primera vista, los esfuerzos por reformar la alianza parecen un cambio drástico en el panorama de seguridad de Europa en la era posterior a la Guerra Fría.
Sin embargo, aquellos familiarizados con el sentimiento político en torno a la OTAN y la defensa de Europa en EE. UU. verán que este movimiento sigue los pasos de lo que otros han tratado de hacer, desde el final de la Guerra Fría.
Cambios a lo largo del tiempo
En 1991, tras el colapso de la Unión Soviética, la OTAN se vio sometida a una presión considerable para adaptarse al nuevo orden mundial. Muchos en Washington aún no pensaban en una China en ascenso, pero existía la sensación de que los compromisos financieros que Estados Unidos había asumido para defender Europa occidental durante la Guerra Fría no podían continuar.
El llamado “dividendo de la paz”, un eslogan popularizado por el expresidente estadounidense George H. W. Bush y la ex primera ministra del Reino Unido Margaret Thatcher, permitió a casi todos los estados de la OTAN reducir su gasto militar en ese momento.
En 1992, casi tan pronto como los países europeos de la OTAN redujeron sus fuerzas y pasaron de ejércitos masivos a soldados profesionales, la alianza se comprometió activamente a mantener una zona de exclusión aérea sobre Yugoslavia.
Se estaba haciendo evidente una nueva OTAN. Estaba pasando de ser una organización de defensa colectiva a una de seguridad colectiva, en la que los conflictos se gestionaban en las fronteras de la alianza.
Sgt. Janel Schroeder / Wikimedia Commons
Este acuerdo de seguridad colectiva funcionó bien para mantener unida la OTAN hasta 2001, cuando la administración de George W. Bush llegó a la Casa Blanca e involucró a Estados Unidos en las guerras de Afganistán e Irak.
Tras los atentados terroristas del 11-S en EE. UU., la OTAN invocó el artículo 5 y volvió al principio de defensa colectiva.
Muchos países europeos, incluidos los nuevos y más pequeños estados de la OTAN como Estonia y Letonia, enviaron tropas a Irak y Afganistán. La justificación persistente que escuché en los países bálticos fue: “tenemos que estar allí cuando Estados Unidos nos necesite para que ellos estén allí cuando nosotros los necesitemos”.
Sin embargo, en 2011, antes de que terminaran las guerras de Irak y Afganistán, la administración de Barack Obama introdujo una estrategia de política exterior conocida como el “giro hacia Asia”. La implicación era que Estados Unidos desviaría su atención del hemisferio occidental a China.
En ese momento, China se había convertido en la segunda economía más grande del mundo y estaba desarrollando rápidamente su ejército. La reacción a este cambio de política de Estados Unidos en las capitales europeas fue de conmoción y decepción. Lo vieron como una decisión estadounidense de que su propia seguridad no dependía de Europa como lo había hecho desde 1945.
Luego, en 2014, Rusia invadió Crimea y el Donbás en el este de Ucrania. El giro hacia Asia parecía haberse estancado. Pero el interés y la inversión de Estados Unidos en la defensa europea continuaron disminuyendo, con el cierre de bases militares estadounidenses en toda Europa. La primera administración Trump continuó el patrón establecido por Obama.
El presidente Joe Biden, que asumió el cargo en 2021, utilizó la invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022 para mostrar a los líderes europeos que Estados Unidos seguía viendo su propia seguridad en Europa y que estaría al lado de Ucrania.
Pero EE. UU. continuó insistiendo en que los países europeos invirtieran en su propia defensa. Reino Unido, Polonia y Francia se han comprometido a aumentar su gasto en defensa en los últimos años, aunque el desembolso de los Estados europeos de la OTAN en su conjunto ha seguido disminuyendo.
En Estados Unidos se piensa que Europa se está aprovechando del poder de la primera potencia mundial. Mientras EE. UU. veía su propia seguridad en Europa, se permitió que este aprovechamiento continuara. Pero a medida que la perspectiva ha cambiado, centrándose ahora en contrarrestar a China, Estados Unidos ha insistido en sugerir que la defensa debería ser cada vez más tarea de la propia Europa.
La OTAN no desaparecerá de un día para otro. Es mucho más probable que lo haga gradualmente. Después de todo, ¿a quién recibió Trump en su segundo día en el cargo? No a la OTAN, sino a los representantes de una alianza entre Australia, India, Japón y Estados Unidos en el Indo-Pacífico.
David J. Galbreath, Professor of International Security, University of Bath
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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Author: viajes24horas
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Fuente: republicadominicana24horas.net